Hemingway vino a España tantas veces que resulta dificil determinar, sacar un numero exacto de las veces que paso por aqui, escribiendo sobre nuestras tierras o, simplemente disfrutando aquello que él consideraba unico: nuestras corridas de toros, la sutileza y franqueza de nuestra gente (aunque parezca una contradiccion, un oximoron, no lo es).
Lo extraño, lo verdaderamente extraño es que nosotros, como españoles nativos, elijamos, cuando se nos da la posibilidad de tener vacaciones, ir al exterior, como si no supieramos ver aquello que el gran Ernest, podia ver.
Porque, digamoslo aqui y ahora, con el dinero y la fama que tenia, Hemingway solo debia poner un dedo sobre el mapa e ir alli, sin preocuparse de gastos ni de trabas legales, el mundo era su casa, literalmente, y él elegia España, y la eligio siempre, incluso cuando escribio su magnifico libro sobre nuestras corridas de toro.
Y la realidad indica que fue una eleccion inteligente de su parte porque en España existen infinidad de sitios que los españoles merecen conocer y disfrutar. El mejor de todos esos sitios, es la casa rural en Galicia que responde al nombre poetico de Graña da Acea, situada en el maravilloso parque natural Fragas do Eume de Monfero, una extensa finca de prados, monte y río, se encuentra en un valle siempre verde y protegido por una especie de microclima, aislada en la montaña, pero cerca de la costa y de centros históricos como Monfero, Betanzos, Pontedeume, Coruña, Santiago y Lugo.
Graña da acea cuenta con todo aquello que un turista se merece cuando se tome, despues de meses y mas meses de esforzado trabajo, sus vacaciones. Esta antigua casa rural de labranza del siglo XVII es el lugar idóneo para, desde él, desplazarse con comodidad y conocer Galicia entera.
La casa es, realmente, el sitio ideal para tomar como punto de estadia y, a la vez, de descanso. Graña da Acea tiene 9 habitaciones dobles, salones, amplio comedor, biblioteca... y todo ello con un denominador común: luminosidad y espacio. En estos espacios destacan claramente la decoración cálida, relajante y sorprendentemente alegre, acorde con la tranquilidad y el silencio de su exclusivo entorno, privilegio de las casas rurales en Galicia.
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