Con una construcción que data de los años 20 del siglo pasado basada en materiales de la zona, piedra madera y pizarra, las casas rurales en el Bierzo conjugan el respeto por el pasado con las comodidades del presente, disponiendo de tres habitaciones matrimoniales, cada una de ellas decoradas con un estilo rústico y orientadas hacia una fachada diferente de la casa.
La planta inferior está compuesta por un salón bodega con chimenea, una zona para cocinar, un baño, una leñera y un espacio que alberga las bicicletas de montaña, que están a disposición del visitante completamente gratis. La decoración ha sido realizada con objetos antiguos que se conservaban en la casa.
La planta superior consta de un salón comedor con chimenea, cocina, pasillo distribuidor, tres dormitorios (dos de matrimonio y uno doble) y un baño. En total, son 250 metros cuadrados de comodidades, ya que hay calefacción, climatizador en el salón superior, equipo de música, televisión, dvd, video, así como secatoallas y secador de pelo en los baños.
Esta opción se perfila como la mejor del turismo para disfrutar de la naturaleza en el Bierzo, una encrucijada geográfica entre la meseta y el macizo gallego. Además, cualquier estación es buena para visitarla, ya que en primavera su diversa vegetación estalla con todos los colores posibles, en verano sus sombras y ríos nos refrescan, en otoño reúne todos los matices imaginables y en invierno sus blancas montañas embellecen la comarca.
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